PUEDO DECIR QUE CONOCÍ EL AMOR
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PUEDO DECIR QUE CONOCÍ EL AMOR
PUEDO DECIR QUE CONOCÍ EL AMOR
Me desperté con la sensación más hermosa, el sentirme felizmente enamorado después de haber librado una dura batalla sobre la existencia del amor.
En mi caminata matutina me detuve a observar el paisaje de imponentes pinos y eucaliptos. Mientras un grupo de gaviotas migraba en libertad hacia el horizonte para adentrarse en la inmensidad del mar.
El cielo con sus tonalidades policromadas, me indicaba que pronto podría ver el amanecer en todo su esplendor con los primeros rayos de sol posándose sobre el oleaje marino.
Mientras aguardo el amanecer disfruto la salinidad de la brisa marina que acaricia mi rostro. Me siento un privilegiado de la vida por vivir tan sublime momento que es tan solo mío.
De pronto me dieron ganas de pintar el paisaje pero no tengo elementos básicos para hacerlo.
Comprendí a Monet cuando decía que amaba pintar porque todos los días eran hermosos y siempre había algo que descubrir.
No soy pintor, apenas un aficionado con la pretensión de pintar algún día a la mujer que amo.
Pero ella es tan hermosa que no me siento aun capacitado para retratarla. En el futuro sé que lo hare, por algo estoy en un curso de pintura los sábados.
Nunca olvidaré mi primera cita con mi profesor, cuando en una galería de arte él me dijo que escoja el cuadro que me gustaría pintar.
¡Había tantos cuadros allí.! Pero mi mirada se posó en una mujer atractiva, muy elegante, su mirada era altiva e inalcanzable, toda su figura era sensual sugerente y se parecía tanto a mi novia que por un momento me sentí absurdamente celoso pensando que algún hombre la pudo haber retratado antes en el pasado sin mí consentimiento.
Pero volviendo a este instante de paz supremo, aquí estoy sin un simple papel y un lápiz para delinear un pequeño boceto y ni hablar de lienzos, oleos y pinceles.
Es increíble la cantidad de parejas de enamorados que hay en la playa esperando el amanecer entre arrumacos, caricias y abrazos.
Me siento un intruso aquí, si no fuera porque desde hace tres años escribo el nombre de la mujer que amo en la arena con un te amo gigante y me quedo observando como la espuma yodada de mar los cubre una y otra vez hasta hacerlos desaparecer.
Es mi ritual de todos los años antes de la salida del sol.
Después me quedo fumando sentado en la escollera, mirando como rompen las olas contra el espigón del muelle, totalmente absorto en mis pensamientos ,reflexionando sobre mi mismo y el amor.
Siempre digo que debo cambiar y ser como todos, pero no sería yo y la mujer que me amé debe amarme así tal como soy.
Mi novia me dice sé libre, no detendré tu vuelo porque sé cual es tu naturaleza. Pero esa libertad que me da hace que yo no quiera volar y que quiera permanecer con ella por el resto de mi vida. No importa lo que pase en el medio yo siempre regreso y los años pasan y yo siento como si la hubiese conocido ayer y como si estuviese enamorado desde siempre. Le pregunto sí es feliz conmigo y sí me dice si entonces todo esta bien no hay nada que cambiar. No hay nada más hermoso que la mujer que amamos sea feliz.
Pienso que el amor tiene tantas aristas aún no exploradas,
que en cada una no existen mundos sino diversos universos, con gestos, lenguas axiomáticas y secretos que solo conocen y pueden descifrar los enamorados.
Los invasores siempre serán expulsados de ese universo de a dos y de no ser así seria el principio del fin para toda relación.
Toda fortaleza se derrumba si no se tiene la plena convicción que se es un bloque o una unidad simbiótica.
Los enamorados crean esa simbiosis que los hace invencibles ante las peores tormentas.
Siempre digo que si el amor es verdadero sobrevivirá a todo y de no ser así perecerá.
Si amas verdaderamente vas amar este año el que viene y el siguiente ya que no se deja de amar de un día para el otro. Dé ser así no es amor. Fue tan solo un momento o una ilusión.
No siempre hace falta decir te amo ,ya que muchas veces el te amo es dantesco y está tácito cuando se percibe que llega del corazón de la mujer que amamos.
A veces nos equivocamos aun teniendo todas las evidencias y signos presentes el ser humano sigue buscando el amor ideal o tal vez el gran amor. Cuando en realidad lo tuvo y se da cuenta que fue así cuando lo perdió o lo dejo escapar.
Otras el salto cuántico entre las dimensiones del tiempo parece efímero en la búsqueda. Y sin embargo el corazón no se cansa en seguir su ruta por encontrar su propio destino.
A veces pasan siglos y la búsqueda sigue y se vive todo tipo de emociones desde la esperanza hasta la resignación pasando por la duda y la desilusión.
Quien no se detuvo a pensar si existe en algún lugar del mundo esa alma gemela que nació para nosotros y que estará toda la vida a nuestro lado. O tal vez hay alguien por el mundo que nos hará amar y hacer las cosas más locas aun desafiando nuestras propias convicciones o nuestras creencias culturales.
El tema es creer que en alguna parte nació alguien para nosotros o vivir en la incredulidad o tal vez pensar que solo son utopías de mentes alocadas o tal vez soñadoras.
¿Cómo reconocer entre tantas almas al ser que amamos? Como darnos cuenta que tal vez idealizamos la perfección del amor y lo que tenemos enfrente no es ese ideal imaginario sino la antítesis de lo que esperamos encontrar.
¿Qué es lo más importante? ¿Amar dentro de lo convencionalidad de los parámetros culturales como marca la sociedad? O no amar jamás y dejarlo escapar así lo encontremos porque no cumple los requisitos dentro de los valores sociales pre-establecidos.
En fin, me está sonando el celular o me llaman para desayunar o es mi novia para saludarme.
Mejor regreso y aquí en este mar dejo mis pensamientos tal vez acertados, disparatados o erróneos.
Pero de algo estoy seguro esta mañana fría de sol y es que el amor existe, que lo siento en mi corazón.
Que la mujer que amo me acepta tal como soy y ese detalle tan importante para mí ,me hace amarla mucho más, sentirla profundamente en mi corazón.
Me hace sentir que la eternidad existe, así suene demencial no es una utopía para mí y así mañana me sienta un desdichado o me equivoque nuevamente puedo decir que conocí el amor.
EURIDICE CANOVA
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS
Me desperté con la sensación más hermosa, el sentirme felizmente enamorado después de haber librado una dura batalla sobre la existencia del amor.
En mi caminata matutina me detuve a observar el paisaje de imponentes pinos y eucaliptos. Mientras un grupo de gaviotas migraba en libertad hacia el horizonte para adentrarse en la inmensidad del mar.
El cielo con sus tonalidades policromadas, me indicaba que pronto podría ver el amanecer en todo su esplendor con los primeros rayos de sol posándose sobre el oleaje marino.
Mientras aguardo el amanecer disfruto la salinidad de la brisa marina que acaricia mi rostro. Me siento un privilegiado de la vida por vivir tan sublime momento que es tan solo mío.
De pronto me dieron ganas de pintar el paisaje pero no tengo elementos básicos para hacerlo.
Comprendí a Monet cuando decía que amaba pintar porque todos los días eran hermosos y siempre había algo que descubrir.
No soy pintor, apenas un aficionado con la pretensión de pintar algún día a la mujer que amo.
Pero ella es tan hermosa que no me siento aun capacitado para retratarla. En el futuro sé que lo hare, por algo estoy en un curso de pintura los sábados.
Nunca olvidaré mi primera cita con mi profesor, cuando en una galería de arte él me dijo que escoja el cuadro que me gustaría pintar.
¡Había tantos cuadros allí.! Pero mi mirada se posó en una mujer atractiva, muy elegante, su mirada era altiva e inalcanzable, toda su figura era sensual sugerente y se parecía tanto a mi novia que por un momento me sentí absurdamente celoso pensando que algún hombre la pudo haber retratado antes en el pasado sin mí consentimiento.
Pero volviendo a este instante de paz supremo, aquí estoy sin un simple papel y un lápiz para delinear un pequeño boceto y ni hablar de lienzos, oleos y pinceles.
Es increíble la cantidad de parejas de enamorados que hay en la playa esperando el amanecer entre arrumacos, caricias y abrazos.
Me siento un intruso aquí, si no fuera porque desde hace tres años escribo el nombre de la mujer que amo en la arena con un te amo gigante y me quedo observando como la espuma yodada de mar los cubre una y otra vez hasta hacerlos desaparecer.
Es mi ritual de todos los años antes de la salida del sol.
Después me quedo fumando sentado en la escollera, mirando como rompen las olas contra el espigón del muelle, totalmente absorto en mis pensamientos ,reflexionando sobre mi mismo y el amor.
Siempre digo que debo cambiar y ser como todos, pero no sería yo y la mujer que me amé debe amarme así tal como soy.
Mi novia me dice sé libre, no detendré tu vuelo porque sé cual es tu naturaleza. Pero esa libertad que me da hace que yo no quiera volar y que quiera permanecer con ella por el resto de mi vida. No importa lo que pase en el medio yo siempre regreso y los años pasan y yo siento como si la hubiese conocido ayer y como si estuviese enamorado desde siempre. Le pregunto sí es feliz conmigo y sí me dice si entonces todo esta bien no hay nada que cambiar. No hay nada más hermoso que la mujer que amamos sea feliz.
Pienso que el amor tiene tantas aristas aún no exploradas,
que en cada una no existen mundos sino diversos universos, con gestos, lenguas axiomáticas y secretos que solo conocen y pueden descifrar los enamorados.
Los invasores siempre serán expulsados de ese universo de a dos y de no ser así seria el principio del fin para toda relación.
Toda fortaleza se derrumba si no se tiene la plena convicción que se es un bloque o una unidad simbiótica.
Los enamorados crean esa simbiosis que los hace invencibles ante las peores tormentas.
Siempre digo que si el amor es verdadero sobrevivirá a todo y de no ser así perecerá.
Si amas verdaderamente vas amar este año el que viene y el siguiente ya que no se deja de amar de un día para el otro. Dé ser así no es amor. Fue tan solo un momento o una ilusión.
No siempre hace falta decir te amo ,ya que muchas veces el te amo es dantesco y está tácito cuando se percibe que llega del corazón de la mujer que amamos.
A veces nos equivocamos aun teniendo todas las evidencias y signos presentes el ser humano sigue buscando el amor ideal o tal vez el gran amor. Cuando en realidad lo tuvo y se da cuenta que fue así cuando lo perdió o lo dejo escapar.
Otras el salto cuántico entre las dimensiones del tiempo parece efímero en la búsqueda. Y sin embargo el corazón no se cansa en seguir su ruta por encontrar su propio destino.
A veces pasan siglos y la búsqueda sigue y se vive todo tipo de emociones desde la esperanza hasta la resignación pasando por la duda y la desilusión.
Quien no se detuvo a pensar si existe en algún lugar del mundo esa alma gemela que nació para nosotros y que estará toda la vida a nuestro lado. O tal vez hay alguien por el mundo que nos hará amar y hacer las cosas más locas aun desafiando nuestras propias convicciones o nuestras creencias culturales.
El tema es creer que en alguna parte nació alguien para nosotros o vivir en la incredulidad o tal vez pensar que solo son utopías de mentes alocadas o tal vez soñadoras.
¿Cómo reconocer entre tantas almas al ser que amamos? Como darnos cuenta que tal vez idealizamos la perfección del amor y lo que tenemos enfrente no es ese ideal imaginario sino la antítesis de lo que esperamos encontrar.
¿Qué es lo más importante? ¿Amar dentro de lo convencionalidad de los parámetros culturales como marca la sociedad? O no amar jamás y dejarlo escapar así lo encontremos porque no cumple los requisitos dentro de los valores sociales pre-establecidos.
En fin, me está sonando el celular o me llaman para desayunar o es mi novia para saludarme.
Mejor regreso y aquí en este mar dejo mis pensamientos tal vez acertados, disparatados o erróneos.
Pero de algo estoy seguro esta mañana fría de sol y es que el amor existe, que lo siento en mi corazón.
Que la mujer que amo me acepta tal como soy y ese detalle tan importante para mí ,me hace amarla mucho más, sentirla profundamente en mi corazón.
Me hace sentir que la eternidad existe, así suene demencial no es una utopía para mí y así mañana me sienta un desdichado o me equivoque nuevamente puedo decir que conocí el amor.
EURIDICE CANOVA
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sabra- Admin
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Roana Varela- Moderadora
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