Qué soy
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Qué soy
Qué soy
Elena, una muchacha italiana de 23 años se fue a vivir a un piso que alquilaba una pareja de estudiantes de Barcelona cuando se encontró de pronto con que no tenía casa ni familia, ni nadie a quien recurrir, y tampoco recordaba de dónde venía ni quién era. El que no tuviera trabajo para pagar el alquiler supuso un problema, pero tenía algo de dinero ahorrado y eso le serviría durante un tiempo.
Cuando llegó a su nueva residencia conoció a la mascota de una de sus compañeras, un perro pastor que habían encontrado abandonado hacía poco y al que pusieron de nombre Whisky. Al principio el animal pasó desapercibido, pero pronto empezó a comportarse de forma extraña, y había veces que las chicas notaban que les miraba fijamente, como analizándolas.
Un día como otro cualquiera, Elena se tumbó en el sofá y se puso a leer un rato una novela después de estudiar. Una de sus compañeras se había ido y la otra estaba tomando un baño. Llevaría un buen rato leyendo cuando escuchó el ruido de un grifo mal cerrado. Al principio quiso ignorarlo, pero al cabo de unos minutos se le hizo insoportable. Pidió a su amiga que lo cerrara pero como no contestaba se levantó y fue al baño. La cortina de la ducha estaba salpicada de sangre.
Elena se acercó con extrañeza, ¿qué había pasado? Cuando descorrió la cortina lanzó un grito; la bañera estaba medio llena, y del agua sobresalía la cabeza ensangrentada de la otra chica.
En ese momento Whisky apareció por la puerta. Elena se dio la vuelta. El perro tenía los ojos encendidos como bolas de fuego. Dentro de la boca brillaba una extraña luz. Elena retrocedió unos pasos, y en ese momento el animal lanzó un rayo. Logró esquivarlo a tiempo, y aprovechó la nube de polvo que se produjo para escapar. Atravesó el salón y cuando estuvo lejos se dio la vuelta. Whisky seguía ahí. Se metió en la cocina y cogió el cuchillo más grande que había. Se enfrentó con el perro, pero al intentar clavarle el arma chocó con algo metálico. Whisky se encaramó a la pared de un salto y le atacó, pero ella le rechazó de un sartenazo. El extraño perro quedó confuso durante un instante.
Elena abrió el gas y según salía por la puerta lanzó su mechero contra el suelo de baldosa. La cocina saltó por los aires. En ese momento apareció la otra compañera de Elena, muy preocupada por saber qué había pasado. Para su sorpresa y terror, un esqueleto mecánico con forma de perro surgió de entre las llamas y atacó a la recién llegada.
Elena intentó salvarla y recibió un buen mordisco en el brazo. De pronto se detuvo. Se miró la herida, y a través de la carne abierta pudo ver una lámina de acero. Mientras tanto Whisky había matado a su compañera y ahora se disponía a acabar con ella. Saltó sobre su brazo herido y se ensañó con él hasta que dejó la piel hecha jirones. Elena le dio una patada y el perro salió volando a través de la pared de yeso. Antes de que contraatacara, llegó corriendo y comenzó a darle golpes en la cabeza. Las fauces del animal volvieron a iluminarse. Ella le agarró el morro con ambas manos para que el rayo no saliese al exterior, pero al instante la luz se disipó. Whisky se revolvió brutalmente pero la chica no le iba a soltar así como así. Durante la pelea, descubrió una pequeña cajita en el lomo. Ésta tenía un botón rojo en el que ponía “Desactivación”. No lo pensó dos veces. Lo pulsó y acto seguido Whisky, o lo que quedaba de él, se desplomó en el suelo. La luz roja de sus ojos fue desvaneciéndose poco a poco, hasta desaparecer.
Elena lanzó un suspiro y aturdida fue a sentarse en el sofá, mientras observaba el brazo mecanizado. ¿Ella también tendría un dispositivo de apagado?
En ese momento alguien llamó a su móvil. Una voz masculina dijo:
- Te felicito, Soldado EX-103. Has exterminado al último rastreador. Misión cumplida. Ahora vuelve a Florencia.
Elena se quedó estupefacta. No recordaba que era un arma del gobierno, creada para destruir los cyborg del demente profesor Frogelain, que buscaban el Santo Grial. No lo hacía desde casi tres meses atrás cuando perdió el conocimiento en un accidente y también todo contacto con la Agencia.
Autor: ruben
Elena, una muchacha italiana de 23 años se fue a vivir a un piso que alquilaba una pareja de estudiantes de Barcelona cuando se encontró de pronto con que no tenía casa ni familia, ni nadie a quien recurrir, y tampoco recordaba de dónde venía ni quién era. El que no tuviera trabajo para pagar el alquiler supuso un problema, pero tenía algo de dinero ahorrado y eso le serviría durante un tiempo.
Cuando llegó a su nueva residencia conoció a la mascota de una de sus compañeras, un perro pastor que habían encontrado abandonado hacía poco y al que pusieron de nombre Whisky. Al principio el animal pasó desapercibido, pero pronto empezó a comportarse de forma extraña, y había veces que las chicas notaban que les miraba fijamente, como analizándolas.
Un día como otro cualquiera, Elena se tumbó en el sofá y se puso a leer un rato una novela después de estudiar. Una de sus compañeras se había ido y la otra estaba tomando un baño. Llevaría un buen rato leyendo cuando escuchó el ruido de un grifo mal cerrado. Al principio quiso ignorarlo, pero al cabo de unos minutos se le hizo insoportable. Pidió a su amiga que lo cerrara pero como no contestaba se levantó y fue al baño. La cortina de la ducha estaba salpicada de sangre.
Elena se acercó con extrañeza, ¿qué había pasado? Cuando descorrió la cortina lanzó un grito; la bañera estaba medio llena, y del agua sobresalía la cabeza ensangrentada de la otra chica.
En ese momento Whisky apareció por la puerta. Elena se dio la vuelta. El perro tenía los ojos encendidos como bolas de fuego. Dentro de la boca brillaba una extraña luz. Elena retrocedió unos pasos, y en ese momento el animal lanzó un rayo. Logró esquivarlo a tiempo, y aprovechó la nube de polvo que se produjo para escapar. Atravesó el salón y cuando estuvo lejos se dio la vuelta. Whisky seguía ahí. Se metió en la cocina y cogió el cuchillo más grande que había. Se enfrentó con el perro, pero al intentar clavarle el arma chocó con algo metálico. Whisky se encaramó a la pared de un salto y le atacó, pero ella le rechazó de un sartenazo. El extraño perro quedó confuso durante un instante.
Elena abrió el gas y según salía por la puerta lanzó su mechero contra el suelo de baldosa. La cocina saltó por los aires. En ese momento apareció la otra compañera de Elena, muy preocupada por saber qué había pasado. Para su sorpresa y terror, un esqueleto mecánico con forma de perro surgió de entre las llamas y atacó a la recién llegada.
Elena intentó salvarla y recibió un buen mordisco en el brazo. De pronto se detuvo. Se miró la herida, y a través de la carne abierta pudo ver una lámina de acero. Mientras tanto Whisky había matado a su compañera y ahora se disponía a acabar con ella. Saltó sobre su brazo herido y se ensañó con él hasta que dejó la piel hecha jirones. Elena le dio una patada y el perro salió volando a través de la pared de yeso. Antes de que contraatacara, llegó corriendo y comenzó a darle golpes en la cabeza. Las fauces del animal volvieron a iluminarse. Ella le agarró el morro con ambas manos para que el rayo no saliese al exterior, pero al instante la luz se disipó. Whisky se revolvió brutalmente pero la chica no le iba a soltar así como así. Durante la pelea, descubrió una pequeña cajita en el lomo. Ésta tenía un botón rojo en el que ponía “Desactivación”. No lo pensó dos veces. Lo pulsó y acto seguido Whisky, o lo que quedaba de él, se desplomó en el suelo. La luz roja de sus ojos fue desvaneciéndose poco a poco, hasta desaparecer.
Elena lanzó un suspiro y aturdida fue a sentarse en el sofá, mientras observaba el brazo mecanizado. ¿Ella también tendría un dispositivo de apagado?
En ese momento alguien llamó a su móvil. Una voz masculina dijo:
- Te felicito, Soldado EX-103. Has exterminado al último rastreador. Misión cumplida. Ahora vuelve a Florencia.
Elena se quedó estupefacta. No recordaba que era un arma del gobierno, creada para destruir los cyborg del demente profesor Frogelain, que buscaban el Santo Grial. No lo hacía desde casi tres meses atrás cuando perdió el conocimiento en un accidente y también todo contacto con la Agencia.
Autor: ruben
Ruben- Poeta especial
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Fecha de inscripción : 02/03/2013
Re: Qué soy
No me esperaba el final, muy bueno. Gracias por compartir.
Luxor- Poeta especial
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Rosko- Moderador Musical
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Fecha de inscripción : 06/04/2012
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