El sueño de Adán. Alí Chumacero
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El sueño de Adán. Alí Chumacero
Alí Chumacero
El sueño de Adán
Ligera fue tu voz, mas tu palabra dura
con vuelo de paloma sin más peso
que su inmóvil cruzar el mar del viento;
y persistes como un sonido bajo el agua,
desde mi piel al aire levantada,
ligera como fuiste, como esa ala
que olvidada del mundo se recrea,
convertida en ausencia y en olvido.
Vivo de oírme el cuerpo y de entregarme al tiempo
como a un rumbo sin luz la adormecida rosa,
como asoma en el sueño y luego muere
el cielo que una tarde contemplamos,
y oigo la vida en mí, su aliento te recuerda
ingrávida, en latidos desprendida,
con un temblor de silenciosas aguas
de su propia amargura renaciendo.
Sufres conmigo cuando sólo miro
que el amor es un cuerpo de imágenes poblado,
y caricia se llama al tocar el recuerdo,
a sentir las tinieblas en las manos
y en un esfuerzo inútil oponerse
a ese tiempo que arrastra nuestro duelo
hasta inclinar los labios a la nieve
y tender en ceniza nuestros cuerpos.
Te siente el corazón como un aroma
que en un eco perdiera sus imágenes,
y me palpo la piel tocando en ella
la tersura del agua donde yaces,
y después quedo solo, enamorado
de esta voz que del cuerpo se desprende
tornada en pensamiento, y en palabras te crea,
nacida nuevamente de mi sueño.
El sueño de Adán
Ligera fue tu voz, mas tu palabra dura
con vuelo de paloma sin más peso
que su inmóvil cruzar el mar del viento;
y persistes como un sonido bajo el agua,
desde mi piel al aire levantada,
ligera como fuiste, como esa ala
que olvidada del mundo se recrea,
convertida en ausencia y en olvido.
Vivo de oírme el cuerpo y de entregarme al tiempo
como a un rumbo sin luz la adormecida rosa,
como asoma en el sueño y luego muere
el cielo que una tarde contemplamos,
y oigo la vida en mí, su aliento te recuerda
ingrávida, en latidos desprendida,
con un temblor de silenciosas aguas
de su propia amargura renaciendo.
Sufres conmigo cuando sólo miro
que el amor es un cuerpo de imágenes poblado,
y caricia se llama al tocar el recuerdo,
a sentir las tinieblas en las manos
y en un esfuerzo inútil oponerse
a ese tiempo que arrastra nuestro duelo
hasta inclinar los labios a la nieve
y tender en ceniza nuestros cuerpos.
Te siente el corazón como un aroma
que en un eco perdiera sus imágenes,
y me palpo la piel tocando en ella
la tersura del agua donde yaces,
y después quedo solo, enamorado
de esta voz que del cuerpo se desprende
tornada en pensamiento, y en palabras te crea,
nacida nuevamente de mi sueño.
laila mabrik- Cantidad de envíos : 525
Puntos : 42774
Fecha de inscripción : 26/07/2013
Re: El sueño de Adán. Alí Chumacero
Rosko- Moderador Musical
- Cantidad de envíos : 4767
Puntos : 56797
Fecha de inscripción : 06/04/2012
sabra- Admin
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Fecha de inscripción : 30/05/2009
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