A la hora en que los robles se cierran dulcemente...Marosa Di Giorgio
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A la hora en que los robles se cierran dulcemente...Marosa Di Giorgio
Marosa Di Giorgio
A la hora en que los robles se cierran dulcemente...
A la hora en que los robles se cierran dulcemente, y estoy en el hogar junto a las abuelas, las madres, las otras mujeres; y ellas hablan de años remotos, de cosas que ya parecen de polvo; y me da miedo, y me parece que esa noche sí va a venir el labriego maldito, el asesino, el ladrón que nos va a despojar de todo, y huyo hacia el jardín y ya están las animalejas de subtierra ,yo digo, ellas tan hermosas, con sus caras lisas, de alabastro, sus manos agudas, finas, casi humanas, a veces, hasta con anillos. Avanzan por senderos, diestramente.
Asaltan la violeta mejor, la que tiene un grano de sal, la celedonia que humea como una masita con miel, el canastillo de los huevos de mariposa ¡oh, titilantes!.
Actúan con tanta certeza.
Una vez mi madre dio caza a una, la mató, la aderezó, la puso en mitad de la noche, de la cena, y ella conservaba una vida levísima, una muerte casi irreal; parecía huida de un banquete fúnebre, de la caja de un muerto maravilloso. La devorábamos y estaba como viva.
El anillo que yo ahora uso era de ella.
A la hora en que los robles se cierran dulcemente...
A la hora en que los robles se cierran dulcemente, y estoy en el hogar junto a las abuelas, las madres, las otras mujeres; y ellas hablan de años remotos, de cosas que ya parecen de polvo; y me da miedo, y me parece que esa noche sí va a venir el labriego maldito, el asesino, el ladrón que nos va a despojar de todo, y huyo hacia el jardín y ya están las animalejas de subtierra ,yo digo, ellas tan hermosas, con sus caras lisas, de alabastro, sus manos agudas, finas, casi humanas, a veces, hasta con anillos. Avanzan por senderos, diestramente.
Asaltan la violeta mejor, la que tiene un grano de sal, la celedonia que humea como una masita con miel, el canastillo de los huevos de mariposa ¡oh, titilantes!.
Actúan con tanta certeza.
Una vez mi madre dio caza a una, la mató, la aderezó, la puso en mitad de la noche, de la cena, y ella conservaba una vida levísima, una muerte casi irreal; parecía huida de un banquete fúnebre, de la caja de un muerto maravilloso. La devorábamos y estaba como viva.
El anillo que yo ahora uso era de ella.
Luxor- Poeta especial
- Cantidad de envíos : 1245
Puntos : 58584
Fecha de inscripción : 14/10/2009
Re: A la hora en que los robles se cierran dulcemente...Marosa Di Giorgio
Gracias por la presentación, abracito de corazón
EGA- Escritora
- Cantidad de envíos : 683
Puntos : 45536
Fecha de inscripción : 19/12/2012
Re: A la hora en que los robles se cierran dulcemente...Marosa Di Giorgio
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Gracias por Visitarnos
Rosko- Moderador Musical
- Cantidad de envíos : 4767
Puntos : 56797
Fecha de inscripción : 06/04/2012
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