Noviembre de 1888.-Carta de Vincent Van Gogh
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Querido Théo
Tengo en fin una Arlesiana; una figura (tela de 30) esbozada en una hora; fondo limón pálido, la cara gris, el vestido negro, negro negro, de azul de Prusia completamente crudo. Se apoya sobre una mesa verde y está sentada en un sillón de madera anaranjada...
Gauguin, aunque aquí trabaje mucho, siente siempre nostalgia de los países cálidos. Y de ahí que cuando se vaya a Java por ejemplo con la preocupación de hacer color, verá una porción de cosas nuevas.
Luego, en esos países más luminosos, bajo el sol más fuerte, la sombra proyectada por los objetos y las figuras, se vuelve distinta y está coloreada de tal modo que uno está tentado de suprimirla, sencillamente. Esto sucede ya aquí... Creo que te gustará la caída de hojas que he hecho.
Son los troncos de álamos lilas, cortados por el marco allá donde comienzan las hojas. Estos troncos de árboles como pilares bordean una avenida donde están, a derecha e izquierda, alineadas viejas tumbas romanas de un lila azul. Luego, el suelo esta cubierto por una capa espesa de hojas anaranjadas y amarillas caídas parecida a un tapiz. Como los copos de la nieve que sigue cayendo. Y en la avenida figuras menudas de enamorados en negro. La parte superior del cuadro es una pradera muy verde y nada de cielo o casi nada.
La segunda tela es la misma avenida, pero con un viejo buen hombre y una mujer gorda y redonda como una bola. ¡Pero si el domingo hubieras estado con nosotros!... Hemos visto una viña roja, toda roja como el vino rojo. En la lejanía se volvía amarilla y después un cielo verde con un sol, terrenos, después de la lluvia, violetas y centelleantes de amarillo por aquí y por allá, donde se reflejaba el sol poniente.
Querido Théo
Tengo en fin una Arlesiana; una figura (tela de 30) esbozada en una hora; fondo limón pálido, la cara gris, el vestido negro, negro negro, de azul de Prusia completamente crudo. Se apoya sobre una mesa verde y está sentada en un sillón de madera anaranjada...
Gauguin, aunque aquí trabaje mucho, siente siempre nostalgia de los países cálidos. Y de ahí que cuando se vaya a Java por ejemplo con la preocupación de hacer color, verá una porción de cosas nuevas.
Luego, en esos países más luminosos, bajo el sol más fuerte, la sombra proyectada por los objetos y las figuras, se vuelve distinta y está coloreada de tal modo que uno está tentado de suprimirla, sencillamente. Esto sucede ya aquí... Creo que te gustará la caída de hojas que he hecho.
Son los troncos de álamos lilas, cortados por el marco allá donde comienzan las hojas. Estos troncos de árboles como pilares bordean una avenida donde están, a derecha e izquierda, alineadas viejas tumbas romanas de un lila azul. Luego, el suelo esta cubierto por una capa espesa de hojas anaranjadas y amarillas caídas parecida a un tapiz. Como los copos de la nieve que sigue cayendo. Y en la avenida figuras menudas de enamorados en negro. La parte superior del cuadro es una pradera muy verde y nada de cielo o casi nada.
La segunda tela es la misma avenida, pero con un viejo buen hombre y una mujer gorda y redonda como una bola. ¡Pero si el domingo hubieras estado con nosotros!... Hemos visto una viña roja, toda roja como el vino rojo. En la lejanía se volvía amarilla y después un cielo verde con un sol, terrenos, después de la lluvia, violetas y centelleantes de amarillo por aquí y por allá, donde se reflejaba el sol poniente.
Rosko- Moderador Musical
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Re: Noviembre de 1888.-Carta de Vincent Van Gogh
Mi querido Théo:
No me molesta tratar de trabajar con la imaginación, pues así puedo quedarme en casa. Trabajar al calor de una estufa no me incomoda; porque el frío me sienta mal, como ya sabes. He fracasado solamente en esa cosa que he hecho del jardín en Nuenen y veo que para los trabajos de imaginación también hace falta el hábito. Pero he hecho los retratos de toda una familia; la del cartero del cual ya había hecho anteriormente la cabeza -el hombre, la mujer, el niño, el muchacho y el hijo de 16 años -; todos de tipo muy francés, aunque tengan cara de rusos. Telas de 15. Tú sabes que me siento en mi elemento y que esto me consuela hasta cierto punto de no ser médico. Espero insistir y poder obtener poses más serias pagaderas en retratos. Y si llego a hacer todavía mejor a toda esta familia, al menos habré conseguido algo a mi gusto personal. Actualmente estoy en pleno lío de estudios, estudios, estudios, y esto durará aún - un desorden tal me aflige mucho pero servirá para disponer de recursos a los 40 años.
De cuando en cuando una tela que resulta cuadro, tal como el sembrador en cuestión, que yo también considero mejor que el primero. Si podemos conservar la casa significará un día de victoria para nosotros, aunque no sea junto a la gente mencionada.
Habría que pensar un poco en este proverbio: júbilo en la calle, dolor en la casa. ¡Qué quieres!... Suponiendo que tengamos todavía una batalla que librar, entonces habría que tratar de madurar tranquilamente.
Tú me has dicho siempre que busque la calidad antes que la cantidad.
Según esto, nada nos impide tener muchos estudios que cuenten como tales y no vender por consiguiente una porción de cosas. Y si tarde o temprano estamos obligados a vender, entonces venderemos un poco más caro cosas que se pueden sostener desde el punto de vista de la búsqueda seria.
Creo que a pesar de mí, no se me quitan las ganas de enviarte algunas telas dentro de poco, digamos un mes. Digo a pesar de mí, porque estoy convencido de que las telas ganan secándose bien aquí, en el Sur, hasta que la pasta se endurezca a fondo, lo que lleva largo tiempo, es decir, un año. Abstenerme de enviártelas tal vez sea lo mejor. Porque nosotros no tenemos necesidad en este momento de mostrarlas: lo tengo muy sabido. Gauguin trabaja mucho; me gusta sobre todo una naturaleza muerta con fondo y primer plano amarillos; tiene en preparación un retrato mío que no cuento entre sus intentos fallidos; actualmente hace paisajes y finalmente tiene una tela muy buena de lavandera, buenísima por lo que me parece. He hecho un bosquejo de burdel y proyecto hacerlo cuadro.
He terminado también una tela de una viña toda púrpura y amarilla con menudas figuras azules violetas y un sol amarillo. Creo que podrás poner esta tela al lado de los paisajes de Monticelli.
Voy acostumbrándome a trabajar de memoria y las telas de memoria son siempre menos desmañadas y tienen un aire más artístico que los estudios del natural, sobre todo cuando se trabaja con tiempo de mistral.
No creo haberte dicho todavía que Rilliet ha partido para Africa. Tiene un estudio mío por el trabajo que se ha tomado para llevar las telas a París y Gauguin le ha dado un pequeño dibujo a cambio de una edición ilustrada de Mme. Chrysanthème. Yo no he recibido todavía los canjes de Pont-Aven, pero Gauguin me asegura que las telas estaban hechas.
Aquí hace un tiempo de viento y de lluvia y estoy muy contento de no estar solo; los días malos trabajo de memoria y si estuviera solo no funcionaría.
Gauguin también ha terminado casi su Café nocturno. Es muy interesante como amigo; tengo que decirte que sabe cocinar perfectamente; creo que aprenderé de él. Nos arreglaremos para hacer los marcos con simples varillas claveteadas sobre el bastidor y pintadas, cosa que ya he empezado. ¿Sabes que Gauguin es un poco el inventor del marco blanco? Pero el marco de 4 varillas claveteadas sobre el bastidor, cuesta 5 centavos y vamos a perfeccionarlo, sin duda. Queda muy bien, porque este marco no resalta y hace juego con la tela.
He trabajado en dos telas. Un recuerdo de nuestro jardín en Etten con coles, cipreses, dalias y figuras; también, una Lectora de novelas en una biblioteca como la Lecture Française, una mujer toda en verde. Gauguin me da valor para imaginar y las cosas de la imaginación adquieren sin duda un carácter más misterioso. No perderás nada si confías en mi trabajo y dejaremos tranquilamente que nuestros queridos camaradas desprecien a los actuales. Felizmente para mí, sé bien lo que quiero y soy absolutamente indiferente hacia la crítica de trabajar apresuradamente en el fondo. En respuesta, he producido estos días todavía más a prisa.
Gauguin me decía el otro día que había visto de Claude Monet, un cuadro de girasoles; es un gran jarrón japonés, muy bello; pero le agradan más los míos. No soy de ese parecer - no creo que me esté debilitando.
Lamento como siempre, bien conoces esto, la escasez de modelos, las mil contrariedades para vencer esta dificultad. Si yo fuera un hombre distinto y si fuera más rico, podría forzar esto; actualmente no cedo y cayo sordamente. Si a los cuarenta años hago un cuadro de figuras similares a las flores de que hablaba Gauguin, tendré una posición de artista al nivel de cualquiera. Así pues, perseverancia.
Entretanto puedo decirte ahora que los dos últimos estudios son bastante graciosos. Telas de 30; una silla de madera y paja toda amarilla, sobre ladrillos rojos, contra una pared (de día).
Después, el sillón de Gauguin rojo y verde; efecto de noche, pared y piso rojo y verde también; sobre el asiento dos novelas y una vela. Sobre tela rala y con empaste espeso.
No me molesta tratar de trabajar con la imaginación, pues así puedo quedarme en casa. Trabajar al calor de una estufa no me incomoda; porque el frío me sienta mal, como ya sabes. He fracasado solamente en esa cosa que he hecho del jardín en Nuenen y veo que para los trabajos de imaginación también hace falta el hábito. Pero he hecho los retratos de toda una familia; la del cartero del cual ya había hecho anteriormente la cabeza -el hombre, la mujer, el niño, el muchacho y el hijo de 16 años -; todos de tipo muy francés, aunque tengan cara de rusos. Telas de 15. Tú sabes que me siento en mi elemento y que esto me consuela hasta cierto punto de no ser médico. Espero insistir y poder obtener poses más serias pagaderas en retratos. Y si llego a hacer todavía mejor a toda esta familia, al menos habré conseguido algo a mi gusto personal. Actualmente estoy en pleno lío de estudios, estudios, estudios, y esto durará aún - un desorden tal me aflige mucho pero servirá para disponer de recursos a los 40 años.
De cuando en cuando una tela que resulta cuadro, tal como el sembrador en cuestión, que yo también considero mejor que el primero. Si podemos conservar la casa significará un día de victoria para nosotros, aunque no sea junto a la gente mencionada.
Habría que pensar un poco en este proverbio: júbilo en la calle, dolor en la casa. ¡Qué quieres!... Suponiendo que tengamos todavía una batalla que librar, entonces habría que tratar de madurar tranquilamente.
Tú me has dicho siempre que busque la calidad antes que la cantidad.
Según esto, nada nos impide tener muchos estudios que cuenten como tales y no vender por consiguiente una porción de cosas. Y si tarde o temprano estamos obligados a vender, entonces venderemos un poco más caro cosas que se pueden sostener desde el punto de vista de la búsqueda seria.
Creo que a pesar de mí, no se me quitan las ganas de enviarte algunas telas dentro de poco, digamos un mes. Digo a pesar de mí, porque estoy convencido de que las telas ganan secándose bien aquí, en el Sur, hasta que la pasta se endurezca a fondo, lo que lleva largo tiempo, es decir, un año. Abstenerme de enviártelas tal vez sea lo mejor. Porque nosotros no tenemos necesidad en este momento de mostrarlas: lo tengo muy sabido. Gauguin trabaja mucho; me gusta sobre todo una naturaleza muerta con fondo y primer plano amarillos; tiene en preparación un retrato mío que no cuento entre sus intentos fallidos; actualmente hace paisajes y finalmente tiene una tela muy buena de lavandera, buenísima por lo que me parece. He hecho un bosquejo de burdel y proyecto hacerlo cuadro.
He terminado también una tela de una viña toda púrpura y amarilla con menudas figuras azules violetas y un sol amarillo. Creo que podrás poner esta tela al lado de los paisajes de Monticelli.
Voy acostumbrándome a trabajar de memoria y las telas de memoria son siempre menos desmañadas y tienen un aire más artístico que los estudios del natural, sobre todo cuando se trabaja con tiempo de mistral.
No creo haberte dicho todavía que Rilliet ha partido para Africa. Tiene un estudio mío por el trabajo que se ha tomado para llevar las telas a París y Gauguin le ha dado un pequeño dibujo a cambio de una edición ilustrada de Mme. Chrysanthème. Yo no he recibido todavía los canjes de Pont-Aven, pero Gauguin me asegura que las telas estaban hechas.
Aquí hace un tiempo de viento y de lluvia y estoy muy contento de no estar solo; los días malos trabajo de memoria y si estuviera solo no funcionaría.
Gauguin también ha terminado casi su Café nocturno. Es muy interesante como amigo; tengo que decirte que sabe cocinar perfectamente; creo que aprenderé de él. Nos arreglaremos para hacer los marcos con simples varillas claveteadas sobre el bastidor y pintadas, cosa que ya he empezado. ¿Sabes que Gauguin es un poco el inventor del marco blanco? Pero el marco de 4 varillas claveteadas sobre el bastidor, cuesta 5 centavos y vamos a perfeccionarlo, sin duda. Queda muy bien, porque este marco no resalta y hace juego con la tela.
He trabajado en dos telas. Un recuerdo de nuestro jardín en Etten con coles, cipreses, dalias y figuras; también, una Lectora de novelas en una biblioteca como la Lecture Française, una mujer toda en verde. Gauguin me da valor para imaginar y las cosas de la imaginación adquieren sin duda un carácter más misterioso. No perderás nada si confías en mi trabajo y dejaremos tranquilamente que nuestros queridos camaradas desprecien a los actuales. Felizmente para mí, sé bien lo que quiero y soy absolutamente indiferente hacia la crítica de trabajar apresuradamente en el fondo. En respuesta, he producido estos días todavía más a prisa.
Gauguin me decía el otro día que había visto de Claude Monet, un cuadro de girasoles; es un gran jarrón japonés, muy bello; pero le agradan más los míos. No soy de ese parecer - no creo que me esté debilitando.
Lamento como siempre, bien conoces esto, la escasez de modelos, las mil contrariedades para vencer esta dificultad. Si yo fuera un hombre distinto y si fuera más rico, podría forzar esto; actualmente no cedo y cayo sordamente. Si a los cuarenta años hago un cuadro de figuras similares a las flores de que hablaba Gauguin, tendré una posición de artista al nivel de cualquiera. Así pues, perseverancia.
Entretanto puedo decirte ahora que los dos últimos estudios son bastante graciosos. Telas de 30; una silla de madera y paja toda amarilla, sobre ladrillos rojos, contra una pared (de día).
Después, el sillón de Gauguin rojo y verde; efecto de noche, pared y piso rojo y verde también; sobre el asiento dos novelas y una vela. Sobre tela rala y con empaste espeso.
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Re: Noviembre de 1888.-Carta de Vincent Van Gogh
Mi querido Théo.
Gauguin y yo estuvimos ayer en Montpellier para ver el Museo y sobre todo la sala Brias. Hay allí muchos retratos de Brias por Delacroix, por Ricard, por Coubert, por Cabanel, por Couture, por Verdier, por Tassaert y otros. Además, hay cuadros muy hermosos de Delacroix, Courbet, Giotto, Paul Potter, Botticelli y Th. Rousseau.
Brias era un benefactor de artistas; no te diré más que esto. En el retrato de Delacroix, hay un señor de barba y cabellos rojos que tiene algo de parecido contigo o conmigo y que me ha hecho pensar en esta poesía de Musset .... :
«partout oú j'ai touché la terre
un malheureux vétu de noir,
auprés de nous venait s' asseoir
qui nous regardait comme un frére».
Esto te hará el mismo efecto; estoy seguro. Te rogaría encarecidamente que fueras a ver esa librería en donde se venden las litografías de artistas antiguos y modernos, a ver si puedes conseguir sin gastos considerables la litografía sacada de Delacroix:
El Tasso en la cárcel de locos; ya que me pareció que esta figura debe tener conexiones con este hermoso retrato de Brias. Hay además de Delacroix, un estudio de Mulata (que Gauguin ha copiado hace tiempo), las Odaliscas, Daniel en el foso de los leones; de Courbet: lº las Muchachas del pueblo, magnífico; una mujer vista de espaldas y otra tumbada en un paisaje; 2º la Hilandera (soberbio) y todavía muchos otros Courbet. En fin, tú debes saber que esta colección existe o bien conocerás personas que la han visto y por consiguiente están en condiciones de hablar.
No insisto, pues, en el museo (salvo sobre los dibujos y bronces Barye). Gauguin y yo hablamos mucho de Delacroix, Rembrandt, etcétera.
La discusión es una electricidad excesiva, salimos a veces con la cabeza fatigada como una batería eléctrica después de la descarga. Hemos estado en plena Magia, porque como dice tan bien Fromentin Rembrandt es sobre todo mago... Tú conoces el extraño y soberbio retrato de hombre por Rembrandt, en la galería de Lacaze; le he dicho a Gauguin que yo veía allí cierto rasgo de familia o de raza con Delacroix o con Gauguin. Yo no sé por qué llamo siempre a ese retrato el Viajero o El hombre que viene de lejos. Esto es una idea equivalente y paralela a lo que te he dicho ya a ti mismo, que mires siempre el retrato de Six viejo, el hermoso retrato del guante, para tu porvenir, y el aguafuerte de Rembrandt, Six leyendo junto a la ventana bajo un rayo de sol, para tu pasado y tu presente. Ya ves cómo estamos. Gauguin me decía esta mañana, cuando le preguntaba cómo estaba: «que se sentía volver a su naturaleza antigua», lo que me ha causado mucho placer. El invierno pasado cuando llegué aquí con fatiga y casi desvanecido cerebralmente, antes de poder comenzar a recuperarme, sufrí también un poco interiormente.
Cómo desearía que un día vieras este museo de Montpellier; hay cosas muy bellas.
Dile esto a Degas; que Gauguin y yo estuvimos viendo el retrato de Brias por Delacroix en Montpellier; porque es preciso creer firmemente que lo que es, es y el retrato de Brias por Delacroix se nos parece a ti y a mí como un nuevo hermano.
Gauguin y yo estuvimos ayer en Montpellier para ver el Museo y sobre todo la sala Brias. Hay allí muchos retratos de Brias por Delacroix, por Ricard, por Coubert, por Cabanel, por Couture, por Verdier, por Tassaert y otros. Además, hay cuadros muy hermosos de Delacroix, Courbet, Giotto, Paul Potter, Botticelli y Th. Rousseau.
Brias era un benefactor de artistas; no te diré más que esto. En el retrato de Delacroix, hay un señor de barba y cabellos rojos que tiene algo de parecido contigo o conmigo y que me ha hecho pensar en esta poesía de Musset .... :
«partout oú j'ai touché la terre
un malheureux vétu de noir,
auprés de nous venait s' asseoir
qui nous regardait comme un frére».
Esto te hará el mismo efecto; estoy seguro. Te rogaría encarecidamente que fueras a ver esa librería en donde se venden las litografías de artistas antiguos y modernos, a ver si puedes conseguir sin gastos considerables la litografía sacada de Delacroix:
El Tasso en la cárcel de locos; ya que me pareció que esta figura debe tener conexiones con este hermoso retrato de Brias. Hay además de Delacroix, un estudio de Mulata (que Gauguin ha copiado hace tiempo), las Odaliscas, Daniel en el foso de los leones; de Courbet: lº las Muchachas del pueblo, magnífico; una mujer vista de espaldas y otra tumbada en un paisaje; 2º la Hilandera (soberbio) y todavía muchos otros Courbet. En fin, tú debes saber que esta colección existe o bien conocerás personas que la han visto y por consiguiente están en condiciones de hablar.
No insisto, pues, en el museo (salvo sobre los dibujos y bronces Barye). Gauguin y yo hablamos mucho de Delacroix, Rembrandt, etcétera.
La discusión es una electricidad excesiva, salimos a veces con la cabeza fatigada como una batería eléctrica después de la descarga. Hemos estado en plena Magia, porque como dice tan bien Fromentin Rembrandt es sobre todo mago... Tú conoces el extraño y soberbio retrato de hombre por Rembrandt, en la galería de Lacaze; le he dicho a Gauguin que yo veía allí cierto rasgo de familia o de raza con Delacroix o con Gauguin. Yo no sé por qué llamo siempre a ese retrato el Viajero o El hombre que viene de lejos. Esto es una idea equivalente y paralela a lo que te he dicho ya a ti mismo, que mires siempre el retrato de Six viejo, el hermoso retrato del guante, para tu porvenir, y el aguafuerte de Rembrandt, Six leyendo junto a la ventana bajo un rayo de sol, para tu pasado y tu presente. Ya ves cómo estamos. Gauguin me decía esta mañana, cuando le preguntaba cómo estaba: «que se sentía volver a su naturaleza antigua», lo que me ha causado mucho placer. El invierno pasado cuando llegué aquí con fatiga y casi desvanecido cerebralmente, antes de poder comenzar a recuperarme, sufrí también un poco interiormente.
Cómo desearía que un día vieras este museo de Montpellier; hay cosas muy bellas.
Dile esto a Degas; que Gauguin y yo estuvimos viendo el retrato de Brias por Delacroix en Montpellier; porque es preciso creer firmemente que lo que es, es y el retrato de Brias por Delacroix se nos parece a ti y a mí como un nuevo hermano.
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