Evelyng
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Evelyng
Evelyng
Recuerdo esa noche como si se repitiera indefinidamente por algún descuido divino que se enamoro de ese momento, dando a mi vida un suspiro tan profundo y largo como la vida de una estrella, recuerdo que era una noche igual a otras, ¿o no?, la luna tenia un brillo plateado muy especial en aquella ocasión, demasiado hermoso como para que ella pasara desapercibida, tal era su brillo que las estrellas se veían opacas y sin vida al lado de ella, de repente vi como un delicado trozo de luz bajo directamente desde la luna misma, cayo tan delicadamente como el ala de una mariposa en plena primavera, lo que vi a continuación me dejo sin palabras, me inmovilizo cada unos de los músculos de mi cuerpo, mis ojos se salieron de su orbita al mirar tanta belleza, ¿estaré soñando tanta belleza?, al disiparse la luz solo soy capaz ver a tan hermosa mujer que ha bajado de la luna justo ante mis ojos.
Mis ojos aun encandelillados comienzan ha admirar a tan divina damisela, lo que mas me llama la atención es su mirada, tan dulce y tierna como casi inocente, esa mirada de repente me transmite toda una ventisca de sentimientos y de sensaciones, me hace sentir feliz, siento tal tranquilidad que no creí que fuera posible sentirla en vida, sentí su infinita alegría, percibí todo su amor, sentí como ella apreciaba hasta las mas mínimas cosas, veía belleza en aquellas cosas en las que nadie la ve, además ella lucia un hermoso cabello que parecía como una mismísima seda hecha de oro puro, se veía tan suave que me hacia desear peinarla con mis dedos y sentir sus cabellos con mi piel, ¿piel? Si además su piel lucia tan pura y suave como de un pequeño conejito blanco silvestre.
Yo no me había dado cuenta pero yo había caído de rodillas al suelo, ella se me acerco lentamente, siempre mirándome directamente a los ojos, esa mirada tan llena de compasión y dulzura me estaba volviendo loco, me extendió su delicada mano y trate de tomarla lo mas delicadamente posible porque temía hacerle daño a tan hermosa mano, me levante y quería hablarle pero no me salían las palabras cosa que ha ella pareció hacerle gracia y me sonrió, tan bella me pareció su sonrisa que desde ese momento supe en mi interior que estaba hermosamente enamorado de ella, ¿pero quien es ella?, ¿debo estar loco?, ¿Cómo puedo enamorarme de alguien que apenas he visto?, en realidad yo creía ya estar enamorado pero era increíble darme cuenta de un momento ha otro que no era así, ¿Qué le iba ha decir ahora a Pilar?, parecía que el tiempo se había detenido en ese instante como si Cronos fuera un niño travieso. De pronto la bella damisela bajada de la luna me hablo y me dijo, “-mi nombre es Evelyng”, ¿Evelyng?, que hermoso nombre no merecería menos. Continuo diciendo ella, “te he visto a lo lejos, y me has llamado la atención, ¿Por qué?, no lo se, pero solo admiraba tan peculiar caballero, y te nombre muy cariñosamente como mi caballerito andante”. Acaso ¿podré ser correspondido?, me preguntaba constantemente, no sabia dar una respuesta a mi pregunta, solo sabia lo que yo sentía por tan hermoso ser.
De pronto el tiempo volvió a correr normalmente, yo pensaba que era de noche pero en realidad era casi mediodía, ¿como podía ser eso?, luego un profundo temor llego a mi mente, ¿seria todo un maravilloso sueño?, ¿ella en realidad nunca existió?, pero inmediatamente obtuve mi respuesta, alguien tomo mi mano y me dijo muy dulcemente, “adiós mi caballerito andante”, y yo muy tímidamente me despedí diciéndola adiós mi damisela bajada de la luna, ella sonrió y se fue, pero mientras se iba se volvió hacia mi, se acerco como siempre con tan linda sonrisa, me regalo un besito en mi mejilla luego me dio otro besito en mi otra mejilla y finalmente me dio un tierno beso en mis labios y me dijo “ahora si adiós, mi caballerito andante”, mi corazón latía tan fuerte como si tuviera vida propia, ahora si podía decir al mundo que había visto directamente el rostro del amor puro.
“conocí el verdadero amor, pero la envidia de una sola persona me alejo de ella, me alejo de la única persona que en realidad me importa y que amo sinceramente. Aun esos días felices que pase con ella sacan una sonrisa de mi, pero a la ves me entristece que esos días ya no sean mas, es increíble como duelen los recuerdos de amor, son los recuerdos que mas duelen y a la ves son los recuerdos que mas aprecio, ya ha pasado un largo tiempo, pero todavía alzo mi mirada al cielo buscando la luna y aun tengo la esperanza de ver a tan divina damisela, mi damisela bajada de la luna”.
Autor: Juan Valderrama
Recuerdo esa noche como si se repitiera indefinidamente por algún descuido divino que se enamoro de ese momento, dando a mi vida un suspiro tan profundo y largo como la vida de una estrella, recuerdo que era una noche igual a otras, ¿o no?, la luna tenia un brillo plateado muy especial en aquella ocasión, demasiado hermoso como para que ella pasara desapercibida, tal era su brillo que las estrellas se veían opacas y sin vida al lado de ella, de repente vi como un delicado trozo de luz bajo directamente desde la luna misma, cayo tan delicadamente como el ala de una mariposa en plena primavera, lo que vi a continuación me dejo sin palabras, me inmovilizo cada unos de los músculos de mi cuerpo, mis ojos se salieron de su orbita al mirar tanta belleza, ¿estaré soñando tanta belleza?, al disiparse la luz solo soy capaz ver a tan hermosa mujer que ha bajado de la luna justo ante mis ojos.
Mis ojos aun encandelillados comienzan ha admirar a tan divina damisela, lo que mas me llama la atención es su mirada, tan dulce y tierna como casi inocente, esa mirada de repente me transmite toda una ventisca de sentimientos y de sensaciones, me hace sentir feliz, siento tal tranquilidad que no creí que fuera posible sentirla en vida, sentí su infinita alegría, percibí todo su amor, sentí como ella apreciaba hasta las mas mínimas cosas, veía belleza en aquellas cosas en las que nadie la ve, además ella lucia un hermoso cabello que parecía como una mismísima seda hecha de oro puro, se veía tan suave que me hacia desear peinarla con mis dedos y sentir sus cabellos con mi piel, ¿piel? Si además su piel lucia tan pura y suave como de un pequeño conejito blanco silvestre.
Yo no me había dado cuenta pero yo había caído de rodillas al suelo, ella se me acerco lentamente, siempre mirándome directamente a los ojos, esa mirada tan llena de compasión y dulzura me estaba volviendo loco, me extendió su delicada mano y trate de tomarla lo mas delicadamente posible porque temía hacerle daño a tan hermosa mano, me levante y quería hablarle pero no me salían las palabras cosa que ha ella pareció hacerle gracia y me sonrió, tan bella me pareció su sonrisa que desde ese momento supe en mi interior que estaba hermosamente enamorado de ella, ¿pero quien es ella?, ¿debo estar loco?, ¿Cómo puedo enamorarme de alguien que apenas he visto?, en realidad yo creía ya estar enamorado pero era increíble darme cuenta de un momento ha otro que no era así, ¿Qué le iba ha decir ahora a Pilar?, parecía que el tiempo se había detenido en ese instante como si Cronos fuera un niño travieso. De pronto la bella damisela bajada de la luna me hablo y me dijo, “-mi nombre es Evelyng”, ¿Evelyng?, que hermoso nombre no merecería menos. Continuo diciendo ella, “te he visto a lo lejos, y me has llamado la atención, ¿Por qué?, no lo se, pero solo admiraba tan peculiar caballero, y te nombre muy cariñosamente como mi caballerito andante”. Acaso ¿podré ser correspondido?, me preguntaba constantemente, no sabia dar una respuesta a mi pregunta, solo sabia lo que yo sentía por tan hermoso ser.
De pronto el tiempo volvió a correr normalmente, yo pensaba que era de noche pero en realidad era casi mediodía, ¿como podía ser eso?, luego un profundo temor llego a mi mente, ¿seria todo un maravilloso sueño?, ¿ella en realidad nunca existió?, pero inmediatamente obtuve mi respuesta, alguien tomo mi mano y me dijo muy dulcemente, “adiós mi caballerito andante”, y yo muy tímidamente me despedí diciéndola adiós mi damisela bajada de la luna, ella sonrió y se fue, pero mientras se iba se volvió hacia mi, se acerco como siempre con tan linda sonrisa, me regalo un besito en mi mejilla luego me dio otro besito en mi otra mejilla y finalmente me dio un tierno beso en mis labios y me dijo “ahora si adiós, mi caballerito andante”, mi corazón latía tan fuerte como si tuviera vida propia, ahora si podía decir al mundo que había visto directamente el rostro del amor puro.
“conocí el verdadero amor, pero la envidia de una sola persona me alejo de ella, me alejo de la única persona que en realidad me importa y que amo sinceramente. Aun esos días felices que pase con ella sacan una sonrisa de mi, pero a la ves me entristece que esos días ya no sean mas, es increíble como duelen los recuerdos de amor, son los recuerdos que mas duelen y a la ves son los recuerdos que mas aprecio, ya ha pasado un largo tiempo, pero todavía alzo mi mirada al cielo buscando la luna y aun tengo la esperanza de ver a tan divina damisela, mi damisela bajada de la luna”.
Autor: Juan Valderrama
Roana Varela- Moderadora
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