SIN PALABRAS
SIN PALABRAS
SIN PALABRAS
Ese día recibí la peor llamada
que jamás pensé que recibiría en mi vida
corrí presuroso por la autopista
y cuando llegue un vallado
la ambulancia y la policía.
Solo vi su cuerpo dormido
al costado del la piscina
y quise tomarlo en mis brazos
pero la policía me retenía.
Solo importaba la burocracia
no del dolor que sentía
ni que mi pequeño niño este inerte
ya con sus sueños en la otra vida.
Los curiosos se amontonaban
y con el morbo en sus rostros
a nadie le interesaba mi niño
solo seria una noticia en el periódico.
Mi niño estaba tan callado
y pensar que en la mañana
habíamos jugamos y reído
y ahora estaba ahí tirado
por la irresponsabilidad
de unos inservibles.
Las horas se me hacían tan largas
nadie me dejaba tocarlo
esperaban a los forenses
ni siquiera pude besarlo.
Ese día maldije a todos
y casi mato al bañero
dejó ahogar a mi niño
porque sus hormonas
estaban primero.
La gente me contaba todo
con lujos de detalle
yo solo veía a mi niño
y sentía un dolor lacerante.
Solo sé que me desmayé
después lagunas mentales
en mi frágil memoria
asistí a su entierro desolado
y a partir de ese día
y deje de creer en dios
y en sus historias.
“EURÍDICE CANOVA”
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS
Ese día recibí la peor llamada
que jamás pensé que recibiría en mi vida
corrí presuroso por la autopista
y cuando llegue un vallado
la ambulancia y la policía.
Solo vi su cuerpo dormido
al costado del la piscina
y quise tomarlo en mis brazos
pero la policía me retenía.
Solo importaba la burocracia
no del dolor que sentía
ni que mi pequeño niño este inerte
ya con sus sueños en la otra vida.
Los curiosos se amontonaban
y con el morbo en sus rostros
a nadie le interesaba mi niño
solo seria una noticia en el periódico.
Mi niño estaba tan callado
y pensar que en la mañana
habíamos jugamos y reído
y ahora estaba ahí tirado
por la irresponsabilidad
de unos inservibles.
Las horas se me hacían tan largas
nadie me dejaba tocarlo
esperaban a los forenses
ni siquiera pude besarlo.
Ese día maldije a todos
y casi mato al bañero
dejó ahogar a mi niño
porque sus hormonas
estaban primero.
La gente me contaba todo
con lujos de detalle
yo solo veía a mi niño
y sentía un dolor lacerante.
Solo sé que me desmayé
después lagunas mentales
en mi frágil memoria
asistí a su entierro desolado
y a partir de ese día
y deje de creer en dios
y en sus historias.
“EURÍDICE CANOVA”
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