EL LLANTO DEL MAR
EL LLANTO DEL MAR
EL LLANTO DEL MAR
Te bañé con las lágrimas que fluyen desde el rocío
y tu cuerpo recobró vida ame tus primeros latidos
con el mar receloso rugiendo por poseerte
desafié su bravura me sentí tu protector ardiente.
Te acaricié con mis besos tu rostro angelical esbelto
y el día se hizo noche la furia del mar era un lamento
emprendimos juntos el camino de amarnos sin secretos
conocí tus ilusiones me sumergí de lleno en tus sueños.
Te recosté en la arena bajo la luna celosa de argento
y sus hilos plateados rozaron tu sexo exquisito de fuego
nos olvidamos del mar que venganza prometía
fusionamos nuestras almas tu sangre ardía en la mía.
Nos amamos tanto complaciendo nuestros deseos
el mar lloraba tu perdida, me compadecí de sus ruegos
le explique a las olas que te amaba con mi vida
que jamás te abandonaría, que siempre te protegería.
La marea comenzó a subir raudamente sin medida
eran las lágrimas del mar que nuestros cuerpos cubrían
te alcé en mis brazos luchando contra la corriente
y con todas mis fuerzas te arranque de allí para siempre.
Exhaustos quedamos acostados en silencio sobre la arena
nos abrazamos como nunca el mar ya nos daba pena
pasaran los años y recordaremos esta batalla ganada
y si el mar no venció este amor no existe nada que lo deshaga.
"EURÍDICE CANOVA"
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS.
Te bañé con las lágrimas que fluyen desde el rocío
y tu cuerpo recobró vida ame tus primeros latidos
con el mar receloso rugiendo por poseerte
desafié su bravura me sentí tu protector ardiente.
Te acaricié con mis besos tu rostro angelical esbelto
y el día se hizo noche la furia del mar era un lamento
emprendimos juntos el camino de amarnos sin secretos
conocí tus ilusiones me sumergí de lleno en tus sueños.
Te recosté en la arena bajo la luna celosa de argento
y sus hilos plateados rozaron tu sexo exquisito de fuego
nos olvidamos del mar que venganza prometía
fusionamos nuestras almas tu sangre ardía en la mía.
Nos amamos tanto complaciendo nuestros deseos
el mar lloraba tu perdida, me compadecí de sus ruegos
le explique a las olas que te amaba con mi vida
que jamás te abandonaría, que siempre te protegería.
La marea comenzó a subir raudamente sin medida
eran las lágrimas del mar que nuestros cuerpos cubrían
te alcé en mis brazos luchando contra la corriente
y con todas mis fuerzas te arranque de allí para siempre.
Exhaustos quedamos acostados en silencio sobre la arena
nos abrazamos como nunca el mar ya nos daba pena
pasaran los años y recordaremos esta batalla ganada
y si el mar no venció este amor no existe nada que lo deshaga.
"EURÍDICE CANOVA"
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