El holocausto
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El holocausto
El holocausto
Pasado el holocausto, quedan cenizas y escombros.
Pasada la guerra quedan cadáveres y enfermos.
Pasado el amor queda la desilusión y la desesperanza.
Trato de pensar en los días en los que el sol era lo común en el horizonte.
Me aferro a la idea de la luna brillando en el cielo nocturno.
Llevo tiempo bajo la nube de polvo, ni siquiera puedo recordar cuánto.
Siguiendo los rastros, los vestigios, recogiendo las sobras.
He encontrado una lata de fruta en conserva el día de hoy.
Casi lloro cuando pensé en recordar a qué sabe la fruta real, el amor real.
Casi.
Pero tampoco recuerdo cómo llorar.
Debía dejar de llorar, pues mis lágrimas borraban mis letras.
Porque te juro que me agoto como esta pluma de poeta que desangra hasta la última gota intentando escribirte palabras que te convenzan que soy yo ese único que te ama con sinceridad.
¿¡Qué noche, no!?
Y cuando trato de recordar el pasado, lo único que puedo recordar es, a mí desnudo de alma; en la cocina. Mientras ella desnuda de cuerpo, montada en el torso de otro.
Tampoco recuerdo cómo era tener un corazón. Menos, tener los nervios templados.
Ni el rostro joven, ni las manos limpias de sangre.
¿¡Vaya noche, no!?
Aún en estos días; me cuesta creer que la única persona que podría amarme fue ella.
Y que mientras el mundo espera por sus dioses, sus ojos basten para anestesiar la sequía.
Si viera el mar ahora…
El mundo es un lugar tan espacioso, tan vasto, tan… vacío. Después de que la gran extinción acabó con todo.
Antes me amaba como su príncipe, luego me consideraba su precipicio.
¿Cuándo decidió cuál era cuál?
Porque, ¿quién decide cuando se es el príncipe o el precipicio?
Antes creía que era perfecta; que no le faltaba nada.
Sino que lo malo en ella, era un agregado.
Ahora veo cuan llena de huecos estaba, cuan imperfecta era.
Pero también veo, que yo jamás la acepté. Como muchos otros hicieron.
Yo la elegí. Y la amé tal cual era, aunque dolió y quemó.
Hoy todo ese dolor es lo único que queda.
De veras estoy tan insensible a todo. Ni el hambre ni el frío. Ni la pestilencia ni los escabrosos gritos me mueven. Ni siquiera esas vagas imágenes de todo ese amor me conmueve. Soy incapaz de percibir cualquier cosa, excepto el peligro y la sed.
Cuando se tiene poco, todo lo que no se tiene es un tesoro; dijo alguien alguna vez.
Ella es ese cofre lleno de gemas y metales preciosos.
¿Cómo puedes dormir, mientras yo guardo desvelo día tras día?
¿Cómo puedes soñar, cuando yo debo vivir en esta desesperanza?
¿Cómo puedes amar, mientras yo vivo como el perro que acostumbrado a sus cadenas; al no tenerlas más, permanece en el mismo lugar por no conocer la libertad; otro tipo de vida?
¿Cómo puedes vivir sin mí?
Desperté esta mañana soñándote.
Realmente no te odio, sólo es que odio el que no estés.
Las cosas son más sencillas desde que no estás. Demasiado sencillas en realidad.
Veo a veces en lo que me he convertido. Soy esa roca perfectamente moldeada y lisa, que el agua de los ríos crea. Son todos esos años de sinceridad.
Esto es todo lo que soy y lo que queda después del holocausto.
VagOHEMIO
Pasado el holocausto, quedan cenizas y escombros.
Pasada la guerra quedan cadáveres y enfermos.
Pasado el amor queda la desilusión y la desesperanza.
Trato de pensar en los días en los que el sol era lo común en el horizonte.
Me aferro a la idea de la luna brillando en el cielo nocturno.
Llevo tiempo bajo la nube de polvo, ni siquiera puedo recordar cuánto.
Siguiendo los rastros, los vestigios, recogiendo las sobras.
He encontrado una lata de fruta en conserva el día de hoy.
Casi lloro cuando pensé en recordar a qué sabe la fruta real, el amor real.
Casi.
Pero tampoco recuerdo cómo llorar.
Debía dejar de llorar, pues mis lágrimas borraban mis letras.
Porque te juro que me agoto como esta pluma de poeta que desangra hasta la última gota intentando escribirte palabras que te convenzan que soy yo ese único que te ama con sinceridad.
¿¡Qué noche, no!?
Y cuando trato de recordar el pasado, lo único que puedo recordar es, a mí desnudo de alma; en la cocina. Mientras ella desnuda de cuerpo, montada en el torso de otro.
Tampoco recuerdo cómo era tener un corazón. Menos, tener los nervios templados.
Ni el rostro joven, ni las manos limpias de sangre.
¿¡Vaya noche, no!?
Aún en estos días; me cuesta creer que la única persona que podría amarme fue ella.
Y que mientras el mundo espera por sus dioses, sus ojos basten para anestesiar la sequía.
Si viera el mar ahora…
El mundo es un lugar tan espacioso, tan vasto, tan… vacío. Después de que la gran extinción acabó con todo.
Antes me amaba como su príncipe, luego me consideraba su precipicio.
¿Cuándo decidió cuál era cuál?
Porque, ¿quién decide cuando se es el príncipe o el precipicio?
Antes creía que era perfecta; que no le faltaba nada.
Sino que lo malo en ella, era un agregado.
Ahora veo cuan llena de huecos estaba, cuan imperfecta era.
Pero también veo, que yo jamás la acepté. Como muchos otros hicieron.
Yo la elegí. Y la amé tal cual era, aunque dolió y quemó.
Hoy todo ese dolor es lo único que queda.
De veras estoy tan insensible a todo. Ni el hambre ni el frío. Ni la pestilencia ni los escabrosos gritos me mueven. Ni siquiera esas vagas imágenes de todo ese amor me conmueve. Soy incapaz de percibir cualquier cosa, excepto el peligro y la sed.
Cuando se tiene poco, todo lo que no se tiene es un tesoro; dijo alguien alguna vez.
Ella es ese cofre lleno de gemas y metales preciosos.
¿Cómo puedes dormir, mientras yo guardo desvelo día tras día?
¿Cómo puedes soñar, cuando yo debo vivir en esta desesperanza?
¿Cómo puedes amar, mientras yo vivo como el perro que acostumbrado a sus cadenas; al no tenerlas más, permanece en el mismo lugar por no conocer la libertad; otro tipo de vida?
¿Cómo puedes vivir sin mí?
Desperté esta mañana soñándote.
Realmente no te odio, sólo es que odio el que no estés.
Las cosas son más sencillas desde que no estás. Demasiado sencillas en realidad.
Veo a veces en lo que me he convertido. Soy esa roca perfectamente moldeada y lisa, que el agua de los ríos crea. Son todos esos años de sinceridad.
Esto es todo lo que soy y lo que queda después del holocausto.
VagOHEMIO
Roana Varela- Moderadora
- Cantidad de envíos : 4487
Puntos : 55478
Fecha de inscripción : 25/10/2012
Re: El holocausto
Terrible tema de dolor amiga, pero muy real Un abrazo.
JORGE HORACIO RICHINO- Cantidad de envíos : 245
Puntos : 41925
Fecha de inscripción : 04/09/2013
Re: El holocausto
Gracias por tu empatía con este hecho tan triste. Saludos desde mi desierto.
sabra- Admin
- Cantidad de envíos : 16988
Puntos : 97333
Fecha de inscripción : 30/05/2009
Re: El holocausto
Siempre traes relatos interesantes Un placer leerte.
_________________
Gracias por Visitarnos
Re: El holocausto
Desgarrador y muy fuerte. Este tipo de escritos me traen a la realidad. Saludos
Invitado- Invitado
Armando Lopez- Moderador General
- Cantidad de envíos : 5727
Puntos : 60662
Fecha de inscripción : 07/01/2012
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