EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA
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ODAS DE HORACIO-LIBRO I - XXXV A LA FORTUNA DE ANTIO

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Mensaje por Roana Varela Vie Nov 15, 2013 4:38 pm

ODAS DE HORACIO-LIBRO I -  XXXV A LA FORTUNA DE ANTIO

 

 XXXV A LA FORTUNA DE ANTIO

  Diosa que reinas en el feliz Antio, que puedes elevar a los mortales más abatidos y convertir en fúnebres pompas los soberbios triunfos, el pobre colono del campo te invoca con solícitas preces, y te reconoce como señora del mar el navegante que en la nave de Bitinia desafía las iras del Cárpato.
  Temen tu poder el dacio intratable y el escita que pelea huyendo, las ciudades y las naciones, el belicoso latino, las madres de los reyes bárbaros y los tiranos vestidos de púrpura.
  Sí, temen que tu pie injurioso derribe por tierra la columna que los sustenta, y que la revuelta muclhedumbre llame a las armas a los ciudadanos pacíficos y destruya su imperio.
  La dura necesidad camina siempre delante de ti, llevando en su broncínea mano los enormes clavos, las cuñas, los garfios terribles del tormento y el plomo derretido.
  La esperanza te sigue, y cubierta de blanco velo la rara fidelidad, que no rehusa acompañar a la desgracia, cuando mudas de traje y abandonas como enemiga las mansiones del poderoso.
  Pero el vulgo infiel y la perjura meretriz echan el paso atrás, y los falsos amigos rehuyen igualmente sobrellevar tu pesado yugo si en los toneles quedan sólo las heces.
  Guárdanos incólume a César [Augusto], resuelto a marchar contra los britanos en las últimas regiones del mundo, y la nueva hueste de jóvenes que será pronto el terror de las comarcas orientales y del mar Rojo.
¡Ay! Cuánto nos avergüenzan nuestros crímenes, nuestras cicatrices y nuestros hermanos sacrificados. Edad endurecida, ¿ante qué delito nos hemos detenido?; ¿qué infamias olvidamos cometer?; ¿de qué templo apartó la juventud sus manos por temor a los dioses?; ¿qué altares perdonó? Así, ¡oh César!, forjes de nuevo en el yunque los aceros embotados y domes con ellos a los árabes y masagetas.

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