Cinco sonetos
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Cinco sonetos
Cinco sonetos
I
Quisiera comenzar un buen paseo;
soñar y caminar por la ribera,
brindar con la incipiente primavera
y luego disfrutar de lo que veo.
Quisiera no sentir el tintineo
del loco corazón que va a mi vera,
saciarle, ¡cómo no!, de otra manera
con frases y promesas de solfeo…
…Sin excusas ni pegas, cada día,
quisiera que mis labios te buscaran
quebrando tu razón en mil pedazos.
Así comprenderías, poesía,
el acto del Amor que te brindaran
mis versos y pasión con estos lazos.
II
Cuando pienso en saborear, y bebo,
el néctar que me lleva a las estrellas,
y luego continúo tras sus huellas,
y paro y sigo y a no beber me atrevo…
Cuando todo a las estrellas llevo:
mi amor, mi paz, mi vida, mi epopeya,
y lo dejo durmiendo, cual doncella,
hay una sensación de un mundo nuevo.
…Recupero mi voz, también mi paso,
debe ser diferente la partida
y también el candor, según el caso.
Hubo un tiempo muy cruel con una herida,
sangraba el corazón llenando el vaso;
un vaso sin licor, y en él mi vida.
III
Debo reconocer, y sin protesta,
que anclado me quedé, con mi pecado,
pensando que era un ser abandonado,
en medio de una vida y de su fiesta.
Mas tengo que seguir, fue mi respuesta,
no quiero la derrota del soldado,
si acaso la del niño que ha soñado
con arpas y violines de una orquesta.
Mi vida es hoy la tentación humana,
aquella que se escuda con el viento
y esconde entre sus pliegues lo que siento:
la eterna realidad de una ventana,
el vaho, en el cristal, el dulce aliento,
y el alma corazón, ya tan anciana.
IV
Hoy es diez de mayo y por querer quiero,
tenerte, para mí, hermoso día,
sentir tu calidez y tu alegría,
igual que tu cariño tan sincero.
Pero sé que el dolor convierte en cero,
el sueño del amor y la utopía,
el verso con la tierna poesía
y el canto en el rosal de aquel jilguero.
Considero que el mal es como un lazo,
que me atrapa y me lleva dondequiera
de una forma sutil, en un abrazo.
Sin embargo la queja es muy somera,
solo quiero sentir el maretazo
y dormir, corazón, en tu trainera.
V
Puedo decir que nunca te hice daño,
a menos que sufriera un espejismo;
te quise corazón, que no es lo mismo
que amar una ilusión año tras año.
Puedo decir, sin trampa y sin engaño,
que quise que tu bien fuera un guarismo,
un nido de ilusión, sin un abismo,
ni un tramo de cristal como peldaño.
Puedo decir que, como no te olvido,
yo quiero la verdad, no la tijera,
y es todo a lo que aspiro y lo que pido.
Me marcho hacia la nada, a mi manera,
cual árbol calcinado y malherido,
a punto de morir por tu quimera.
Rafael Sánchez Ortega
I
Quisiera comenzar un buen paseo;
soñar y caminar por la ribera,
brindar con la incipiente primavera
y luego disfrutar de lo que veo.
Quisiera no sentir el tintineo
del loco corazón que va a mi vera,
saciarle, ¡cómo no!, de otra manera
con frases y promesas de solfeo…
…Sin excusas ni pegas, cada día,
quisiera que mis labios te buscaran
quebrando tu razón en mil pedazos.
Así comprenderías, poesía,
el acto del Amor que te brindaran
mis versos y pasión con estos lazos.
II
Cuando pienso en saborear, y bebo,
el néctar que me lleva a las estrellas,
y luego continúo tras sus huellas,
y paro y sigo y a no beber me atrevo…
Cuando todo a las estrellas llevo:
mi amor, mi paz, mi vida, mi epopeya,
y lo dejo durmiendo, cual doncella,
hay una sensación de un mundo nuevo.
…Recupero mi voz, también mi paso,
debe ser diferente la partida
y también el candor, según el caso.
Hubo un tiempo muy cruel con una herida,
sangraba el corazón llenando el vaso;
un vaso sin licor, y en él mi vida.
III
Debo reconocer, y sin protesta,
que anclado me quedé, con mi pecado,
pensando que era un ser abandonado,
en medio de una vida y de su fiesta.
Mas tengo que seguir, fue mi respuesta,
no quiero la derrota del soldado,
si acaso la del niño que ha soñado
con arpas y violines de una orquesta.
Mi vida es hoy la tentación humana,
aquella que se escuda con el viento
y esconde entre sus pliegues lo que siento:
la eterna realidad de una ventana,
el vaho, en el cristal, el dulce aliento,
y el alma corazón, ya tan anciana.
IV
Hoy es diez de mayo y por querer quiero,
tenerte, para mí, hermoso día,
sentir tu calidez y tu alegría,
igual que tu cariño tan sincero.
Pero sé que el dolor convierte en cero,
el sueño del amor y la utopía,
el verso con la tierna poesía
y el canto en el rosal de aquel jilguero.
Considero que el mal es como un lazo,
que me atrapa y me lleva dondequiera
de una forma sutil, en un abrazo.
Sin embargo la queja es muy somera,
solo quiero sentir el maretazo
y dormir, corazón, en tu trainera.
V
Puedo decir que nunca te hice daño,
a menos que sufriera un espejismo;
te quise corazón, que no es lo mismo
que amar una ilusión año tras año.
Puedo decir, sin trampa y sin engaño,
que quise que tu bien fuera un guarismo,
un nido de ilusión, sin un abismo,
ni un tramo de cristal como peldaño.
Puedo decir que, como no te olvido,
yo quiero la verdad, no la tijera,
y es todo a lo que aspiro y lo que pido.
Me marcho hacia la nada, a mi manera,
cual árbol calcinado y malherido,
a punto de morir por tu quimera.
Rafael Sánchez Ortega
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