ÁRBOL SUPLICANTE

ÁRBOL SUPLICANTE

Una tristeza me invade
en medio de esta montaña
cubierta con  hojas secas
que cayeron de mis ramas.
Les pregunto: ¿por qué os vais?
¡acompañadme aunque lacias!
¡arropad mis desnudeces!
¡me habéis dejado sin nada!

¡Volad! –mis suspiros- lejos
y corred por la hondonada
y  a los tejos mendigad
el ropaje que me falta.
Pero nadie me responde,
ni el  eco a mis plegarias
que se pierden en el aire
por las campiñas nevadas.

Un jilguerillo aterido
en mis tallos se posaba,
pero alzó raudo su vuelo,
¡porque mi rama no es cálida!
Las lágrimas del rocío
que me cubren con su capa,
dan un aspecto al lugar
de plácida cama blanca.

Y el Sol, la Luna y el viento,
se turnan y me acompañan
pero no me dan alivio
en esta gélida estancia.
¡Ven Primavera a mi lado!
quiero contigo una danza,
que me libere la pena
que en estas fechas se agrava.

Te espero esta misma noche,
¿vendrás de verdad, mi dama?
De mis amores te hablé
cuando mi tronco templabas,
y al acariciar mis tallos
que portaban nueva savia,
me brotaron flores bellas
símbolo de una esperanza.

Conchita de Pedro-Juan Cuadrillero.
10-4-1997