NUESTRA ENTREGA
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por Karla Benitez Sáb Nov 01, 2014 10:34 pm
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NUESTRA ENTREGA
Quiero sentir en mí tus brazos,
devorarme tu carne salada y fuerte,
tatuarte completo mi cuerpo con trazos,
y así puede llegar a mi ser la muerte.
Adentrarme en tu bello pecho,
que es mi locura, delirio y sueño,
en el que me adentro con asecho,
y me entrego encantada con empeño.
Enredar toda mi existencia en ti,
hasta perderme en tu universo,
ese que me entregas solo a mi,
y con el que hoy hago este verso.
Quedarme acunada en tu ser,
en los latidos de tu corazón,
ahogarme con el atardecer,
y sentir el cosquilleo de tu razón.
Hurgar ese lugar tan secreto,
que se alegra por mi presencia,
y que ya es mi adorado amuleto,
y al que necesito con urgencia.
Siento la firmeza de tus piernas,
allí donde se acentúa tu fuerza,
donde una a una las alternas,
para entregarte con entereza.
Quiero llenarme de tu aliento,
hasta sentir la marea flamante,
que me invade, me da el alimento,
ese que para mi vida ya es anhelante.
Y así envueltos quedan los cuerpos,
después de nuestra mágica entrega,
humedeciendo el ser con los tiempos,
y hasta las sábanas siente como llega.
Maryana
NUESTRA ENTREGA
Quiero sentir en mí tus brazos,
devorarme tu carne salada y fuerte,
tatuarte completo mi cuerpo con trazos,
y así puede llegar a mi ser la muerte.
Adentrarme en tu bello pecho,
que es mi locura, delirio y sueño,
en el que me adentro con asecho,
y me entrego encantada con empeño.
Enredar toda mi existencia en ti,
hasta perderme en tu universo,
ese que me entregas solo a mi,
y con el que hoy hago este verso.
Quedarme acunada en tu ser,
en los latidos de tu corazón,
ahogarme con el atardecer,
y sentir el cosquilleo de tu razón.
Hurgar ese lugar tan secreto,
que se alegra por mi presencia,
y que ya es mi adorado amuleto,
y al que necesito con urgencia.
Siento la firmeza de tus piernas,
allí donde se acentúa tu fuerza,
donde una a una las alternas,
para entregarte con entereza.
Quiero llenarme de tu aliento,
hasta sentir la marea flamante,
que me invade, me da el alimento,
ese que para mi vida ya es anhelante.
Y así envueltos quedan los cuerpos,
después de nuestra mágica entrega,
humedeciendo el ser con los tiempos,
y hasta las sábanas siente como llega.
Maryana
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