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13 años después de una masacre

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Mensaje por Estrella Lun Mayo 19, 2014 2:50 pm

Luz Marina Carmona: 13 años después de una masacre

En uno de los corredores de la Casa de la Moneda en el Centro Histórico de Bogotá, y maravillada ante la arquitectura de esa edificación del Siglo XVII, Luz Marina Carmona saca su cámara fotográfica para llevarse a casa un recuerdo. Por los demás pasillos caminan alegres otras 84 personas que durante dos días estuvieron reunidas en el Primer Encuentro Nacional de Tejedores y Tejedoras, que, palabras más, palabras menos, son las encargadas de reconstruir el tejido social desbaratado por el conflicto armado. Por supuesto, detrás de la felicidad de cada persona hay historias aún más emblemáticas, pero al mismo tiempo más anónimas, que la de la Casa de la Moneda. La de Luz Marina inició el 10 de octubre del 2001, a las 3 de la tarde:

Era su día de cumpleaños, pero como una premonición, el conteo progresivo de sus años alrededor de un almuerzo que le habían preparado los vecinos, en la sala de una casa diagonal a la suya, se convirtió en una desgarradora cifra en la cual estaría uno de sus hijos, Jhon Fredy y 23 personas más, asesinadas por hombres al mando de alias ‘HH’ del Bloque Calima de las AUC.

La masacre ocurrió en la vereda La Alaska, en el corregimiento de La Habana (Buga). La lluvia, que había estado por la vereda toda la mañana, había guardado las últimas gotas, que sin saberlo, horas más tarde, rodarían en medio de la sangre y se confundirían con los gritos y sollozos de madres, esposos, hijos y amigos, en aquel ataque.

“Me acuerdo perfectamente que eran las 3 pasaditas de la tarde, yo estaba cumpliendo años y una vecina me hizo el almuerzo y me llamó, entonces estábamos allá y cuando terminamos de almorzar un señor dijo: -Ey, viejo, dame un cigarrillo que hace rato no me fumo uno. No lo había prendido cuando entró mi hija y me dice: -Mami, mami, venga que se metieron los paramilitares. Cuando yo salí estábamos rodeados”, cuenta.

“Empezaron a llamar la gente: -Usted venga, así y así a todos, como si estuvieran bajando un saldo de ganado y todo el ganado que se encuentra en el camino, cogerlo y llevárselo”

Aquel día asesinaron 24 personas, y sobrevivieron a las torturas 3 de ellas. Se supo que un hombre, a raíz del hecho, quedó con problemas cardiacos y murió a los tres años. Ocurrió lo que Luz Marina pensaba y pedía que nunca ocurriera en su comunidad:

“Antes habían estado en otras partes y habían matado más gente. Yo decía: -Dios, líbrame de que eso no ocurra acá, pero no, llegaron ese 10 de octubre a acabar con todo el mundo”

Hoy, 13 años después de la masacre, Luz Marina, se preparar para cumplir 7 meses en la estrategia ‘Entrelazando’, que adelanta el equipo de apoyo Psicosocial de la Unidad para las Víctimas en cerca de 50 comunidades de diferentes zonas del país y la cual se espera, llegue a 90 sujetos de reparación colectiva en diciembre del 2013.

‘Entrelazando’ fortalece la participación comunitaria, transforma imaginarios sobre el conflicto armado y da origen a nuevas narrativas de construcción de la realidad de las víctimas y sus entornos sociales y afectivos.

La estrategia contribuye en la reconstrucción o fortalecimiento del tejido social a partir del abordaje de cinco componentes: Duelos Colectivos, que se orienta hacia la recuperación emocional de las comunidades; Imaginarios Colectivos, que busca contribuir a la trasformación de los pensamientos, que por soportarse en estereotipos de discriminación y exclusión se han validado los hechos de violencia en muchos lugares; Pedagogía Social, enfocado a la prevención y protección de los Derechos Humanos; Prácticas Sociales, que propone contribuir a la recuperación de los escenarios de encuentro e intercambio que fortalecen la integración e identidad comunitaria afectadas por el conflicto armado.

Tiene igualmente un componente relacionado con iniciativas de memoria a través de las cuales las comunidades transforman los escenarios que, como consecuencia de los hechos de violencia, están asociados con el miedo y el horror.

“Nosotros por ejemplo, en la comunidad hemos hecho videos, documentales y tenemos una buena cantidad de recortes de prensa, que los mostramos a todas partes donde vamos. Eso para nosotros es importante porque nos ayuda a sanar el dolor. Mostrarlo es estimulante”, dice Luz Marina.

La experiencia ‘Entrelazando’ en La Habana, en todas las veredas, incluyendo Alaska, ha sido muy significativa para Luz Marina, quien aspira a que esta estrategia irradie a más comunidades y aprendan a sanar las heridas del conflicto, como la que le abrió el paramilitarismo a su corazón con la muerte de su hijo Jhon Fredy:

“No fue solo su muerte, fueron sus sueños, lo que él había planeado para su futuro. Mi hijo había cumplido los 18 años 8 días antes, ya había terminado el bachillerato y estaba en El Sena. Eso es muy difícil de recuperar. Ellos también acabaron con mi familia, porque ahora yo soy madre cabeza de familia, pues mi esposo se fue, y a mí me tocó la crianza de mis otros hijos, sola”

Lo que le pasó a su vida personal fue el reflejo de lo que lo que ocurrió a toda la comunidad de La Habana:

“La situación se puso muy dura para todas las familias, sobre todo la parte económica porque todo se acabó. Esa zona quedó en la más absoluta soledad e impotencia, duró muchos años en el abandono del gobierno”

La Habana perdió gran parte de su motor económico, en el cual son comunes los cultivos de algodón, soya, maíz, millo, café y caña de azúcar. Sin embargo, con el liderazgo de Luz Marina, inició en esa comunidad lo que sería conocido como ‘El renacer de La Habana’:

“Empezamos de cero. Hace más de 12 años esa zona era muy rica en turismo y era pujante, ahora tratamos de salir adelante con lo que tenemos. Se propició un día que nos reunimos, hicimos chocolate y un desayuno comunitario. En una integración de tantas que luego hicimos, yo les pregunté: -Por qué no resaltamos algo que nos resalte ante el mundo entero. Así como nos tienen identificados como zona roja y estigmatizada, por qué no resaltamos algo, ahí decidimos que resaltaríamos el agua”, cuenta.

Así nació el proyecto ‘Los Guardianes del Agua’ que en el 2013 cumplió 6 años, y es un símbolo de la resistencia que tuvo esta comunidad.

“Dijimos que con esa imagen y estigma nos estábamos enterrando vivos; pensamos que había que inventarnos algo donde se resaltará lo bonito de la región, la zona verde; comentamos que uno de los bienes más preciados que teníamos era el agua y ahí empezamos, alimentamos esa idea, y un viernes 10 de octubre de 2007 se celebraron las primeras Fiestas del Agua – agrega – ese viernes llovió todo el día; había un gentío con sombrillas que soportaba el aguacero, y la gente se reía porque decía claro que por eso eran las Fiestas del Agua. Ese día no se me olvida. Ese fue un renacer para la región: las Fiestas representan la vida, lo que somos”.

Luz Marina nunca ha perdido ni la fe ni la esperanza. Ella sobrevive cada 10 de octubre a los recuerdos, en cada cumpleaños, que caen como la lluvia del 2001, gracias a su gran valor y a la preparación que ha tenido la comunidad, con apoyo del Gobierno:

“Hemos hechos muchas capacitaciones, y queremos que puedan materializarse para que trascendamos, yo tengo la esperanza de que el Gobierno nos dará una semillita para emprender, porque en este proceso de reparación colectiva estamos todos y tosas apostándole”

Para Luz Marina, con la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, las condiciones están dadas para que a las víctimas se les restablezcan sus derechos:

“Este proceso nos ha dejado algo muy bueno: gracias a esto ya las víctimas conocemos nuestros derechos y el Estado tiene claritos sus deberes, así es que uno pierde el miedo y se enfrenta con más fuerza porque al menos ya sabemos que no estamos solos en esto”.

Quizás por esta confianza, ella hoy, con 48 años, lleva un mensaje a las demás víctimas:

“Todo lo que venga para la comunidad de esa zona es bienvenido y aunque yo sé que ningún dinero me devolverá a mi hijo, como tampoco a los otros familiares de los muertos, el país debe saber que en La Habana, en las 8 veredas, hay un grupo de tejedores y tejedoras que está creciendo. Está más fortalecido y vamos a ganar más cada día”

Como lo dijera el periodista de origen vasco, Ander Izaguirre, las víctimas remontan el dolor y le dan la vuelta. Así ha hecho Luz Marina y hasta ahora, ella y la comunidad de Alaska van ganándole el juego al destino, porque saben que este es su tiempo.

“Son 13 años de duelo, y yo preferí lanzarme al mundo para pelear en forma pacífica y reclamar mis derechos, quizás por eso mi comunidad me escogió para que yo estuviera donde estoy”

Luz Marina no se rinde. Hoy vive frente a Casa del Lago, un sitio de trayectoria turística en esa región. Con la venta de víveres y comidas se gana la vida:

“Eso allá llega mucha gente, entonces yo les vendo almuerzos, desayunos, agua de panela con queso, etc. Se pone un poco duro cuando es tiempo frío y casi no sube gente., pero ahí vamos. Estuve trabajando también de ‘Camineras’, del programa de ola invernal. A punta de pica y pala limpiando las orillas de las carreteras trabajos de hombres pero igual, me sirvió mucho”, dice.

Desde las 5 de la mañana abre sus ojos y se anticipa a la claridad. Sintoniza la emisora ‘Voces de Occidente’, -una de las más escuchadas en la región-, porque eso sí, “hay que estar bien informada”, como dice. Inicia su jornada y esta termina casi siempre a las 11 de la noche.

Como buena valluna en sus platos típicos no puede faltar el sancocho, ni las empanadas. Cuando en Alaska se da la oportunidad de prender la rumba ella es la primera en seleccionar la música: “mucho vallenato, música tropical y salsa”, comenta.

En las navidades aprendió a recordar a su hijo Jhon Fredy con la alegría que él hubiera deseado. Porque si el día de su muerte los ojos del cielo vertían sangre, ella no quiere repetir este lamento. Prefiere inundar las calles de Alaska con felicidad:

“En las navidades yo trabajo muy de la mano de la Junta de Acción Comunal. Organizamos el plato navideño y los regalos para los niños. El 31 de diciembre yo hablo con la Junta y organizo la fiesta para que la gente la pase bien y despida el año”.

Hay algo que a Luz Marina la hace feliz: servirle a la comunidad, labor que sus hijos le reconocen y la llenan de más energía:

“Mis hijos ven en mí a una líder, que sale de la comunidad y lucha por la gente. Ellos saben que este es un trabajo, que aunque no tiene sueldo, sí tiene la recompensa de Dios. Por eso ellos me ayudan mucho”

Para Luz Marina la reparación es más que un canje económico o una transacción de hechos, es recuperar su cultura y la alegría de la gente:

“Veo a mi pueblo como un pueblito típico, con todas sus fachadas típicas y entradas típicas con proyectos productivos y la gente sonriendo nuevamente. Yo estoy segura que la Unidad llegó al Valle para dejar una huella imborrable porque se llegó el momento de decir que por fin seremos reparados”, dice.

Cada 10 de octubre en la capilla de Alaska la comunidad conmemora un año más de la masacre. A estas eucaristías asisten los habaneros y vecinos de Guacarí: “Nosotros cogemos siempre 24 velas y en un acto simbólico recordamos a nuestros familiares y amigos”

La Unidad para las Víctimas reconoció a la comunidad de La Habana como sujeto de reparación colectiva. La comunidad está activamente participando en el proceso, en la elaboración su Plan Integral de Reparación Colectiva. A mediados del 2013 los habaneros suscribieron el Acta de Voluntariedad y constituyeron el Comité de Impulso con representantes de las veredas de La Habana, Alaska, Diamante, Las Frías y La Piscina.

Han pasado varias horas al interior de la Casa de la Moneda y aquella maravilla histórica cede ante la voz de Luz Marina, quien en su día de cumpleaños, el conflicto, literalmente le arruinó la fiesta. Su mirada es tranquila y no se va sin antes decirles a las víctimas:

“Sean perseverantes. Por más grande que sea el problema es mucho más grande la solución. Las víctimas tenemos que salir adelante, mientras estemos pisando este suelo, porque con Dios todo, sin Dios nada. Hay que unirnos y seguir adelante. No buscar culpables sino echar pa’delante”

Por: @StivensParra
Oficina Asesora de Comunicaciones
Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas
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Mensaje por Estrella Lun Mayo 19, 2014 3:13 pm

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Mensaje por sabra Lun Mayo 26, 2014 1:50 pm

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Mensaje por Admin Jue Sep 11, 2014 5:31 am

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